Querida Roxana:
No puedo negar que me ha decepcionado tu silencio, que me ha entristecido de muerte el no encontrar alguna respuesta por muy fría que esta fuera. No lo digo solo por mí, también te lo digo porque creí que después de todo lo que pasamos con Morris estarías interesada en saber acerca de su paradero. En fin, me jure no reprocharte nada y sin embargo lo estoy haciendo. Lo lamento, no estoy en posición alguna para algo como esto. Yo mismo no logro perdonarme y se bien que tú jamás lo harás. Qué triste que nunca me dieras la oportunidad de explicarte cuan complicado fue aquello que nos separo y levanto una muralla invisible entre los tres.
He andado por Iquitos durante dos días. Recabando información y me estoy hospedando en la misma habitación que él ocupo por meses, de hecho, si todas sus cosas están acá intactas es porque el pagó por adelantado varios meses. Ahora estoy más preocupado que nunca; las paredes están llenas de fotografías, papeles, recortes de periódicos y extraños símbolos, hay mapas por doquier, han sido alterados y tienen anotaciones con la inconfundible letra de Morris. La gente me ha comentado que se le vio mucho con un arqueólogo al que todos llamaban “El Alemán” debido a su impronunciable nombre. Me he puesto en contacto con un supuesto amigo de ambos, un tal Nicodemo, aunque solo hemos hablado por teléfono, fácilmente apostaría que es un indígena pues su español posee un marcado acento. El vendrá mañana para ayudarme a examinar la evidencia, tengo la esperanza de que los mapas nos den una idea de donde comenzar a buscar.
Atentamente,
Arturo.
4 comentarios:
Interesante...
buen relato, espero que tenga un buen final
Feliz 2009
me encantó la foto de la mujer con las manos pintadas en su espalda, muy bella la estetica...
Estoy esperando el final!!! No nos dejes esperando mucho tiempo...
En fin, gracias por pasar por el blog y dejar tus principios de intención. Suerte con ellos.
Saludos.
Abril
Gracias por leer...
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